Para empezar, ¿Qué son habilidades comunicativas? Las habilidades comunicativas son todas esas competencias o habilidades que permiten la comunicación o diálogo entre los individuos. En el ámbito organizacional o empresarial, se trata de un elemento de mucho significado, ya que en muchas ocasiones los negocios dependen de esta habilidad para la eficacia y el éxito de los acuerdos o negociaciones con los demás.
Por lo regular, las habilidades comunicativas se miden de acuerdo a las destrezas de una persona en referencia a un asunto en concreto.
La comunicación es un instrumento útil para informar, notificar, transmitir y recibir mensajes de manera clara. Siendo posible dar y comprender instrucciones, aprender algo nuevo, realizar solicitudes o peticiones, comprender los comportamientos de otras personas con facilidad y evitar y resolver conflictos, ya sea en tu casa o lugar de trabajo. Así mismo, para una comunicación de calidad se requiere que la persona sea empática, puesto que de este modo logra entender e interpretar a los demás lo que dicen y cómo actúan. Por tanto, hoy en día se sabe que hay 10 principales habilidades de comunicación como lo son: inteligencia emocional, amabilidad, confianza, empatía, respeto, escucha activa, mente abierta, tono de voz modulado, capacidad de hacer buenas preguntas, cohesión y claridad.
Para terminar, los siguientes consejos ayudarán a potenciar las competencias en este ámbito:
1. Ejercitar la escucha activa: es un hecho clave que no es lo mismo oír que escuchar, puesto que una escucha activa requiere de trabajo, ya que escuchar activamente al otro individuo conlleva a entender lo que te está contando verbalmente, en observar y analizar las expresiones e identificar su propósito. Más que escuchar, es importante ofrecer algún tipo de respuesta a otra persona, con el objetivo de reforzar la comunicación siendo conveniente reforzar el mensaje con gestos y palabras.
2. Centrarse en el mensaje: es fundamental enfatizar en el contenido del mensaje, en lo que el otro individuo o persona te está contando, y no desatender o distraerse con otros aspectos, como lo es el tono utilizado, evita tocar otros temas que no tengan sentido o que no estén relacionados.
3. Escoger el lugar y momento idóneo: no es suficiente cuidar el contenido del mensaje si no se transmite en el lugar o momento adecuado. Por ejemplo, si se requiere dar solución a un problema propio o realizar una crítica constructiva a un compañero de trabajo, es muy importante seleccionar el momento en el que se pueda tratar el asunto con calma, sin interferencias que impiden dar solución al conflicto. Por otra parte, es indispensable hacerlo en privado o a solas, para evitar dejar en evidencia a ese compañero y agravar la situación. Por otro lado, si se trata de elogios y felicitaciones, es algo positivo que sean dados en público.
4. Elegir el mejor canal: hay diferentes medios y métodos para comunicarse. Sin embargo, la mejor manera es cara a cara, y con mayor razón si es para dar solución a temas delicados o complejos. Se recomienda utilizar medios escritos para notificaciones generales o para dejar constancia de lo que se hable.