La ansiedad es algo que se apropia en ocasiones de las personas y provoca desazón. Es una expresión de un miedo que puede acompañarnos frecuentemente.
Una situación de disgusto puede generarnos un dolor de cuello, cabeza o espalda, incluso provocarnos sensaciones como vértigos y/o mareos. El origen de esto muchas veces es el miedo que se transforma en ansiedad y se manifiesta en síntomas como los mencionados. El disgusto surge generalmente de conflictos afectivos producto de nuestras relaciones familiares o con amistades, o incluso a partir de nuestra soledad, la cual puede ser origen de paz o por el contrario de sufrimiento.
El disgusto surge generalmente de conflictos afectivos producto de nuestras relaciones familiares o con amistades, o incluso a partir de nuestra soledad, la cual puede ser origen de paz o por el contrario de sufrimiento. La fuente de ansiedad puede ser también:
Es increíble como el ser humano al igual que los animales, asume comportamientos instintivos cuando se encuentra en peligro, un animal felino cuando se encuentra en una situación peligrosa, se eriza, mientras que a un ser humano una situación peligrosa le genera tensión en la musculatura de su espalda. Tal vez por eso hoy en día son tan comunes y frecuentes los dolores de espalda y de cuello.
Biológicamente hablando, el maltrato que ocasionamos en nuestro organismo por una gestión inadecuada de nuestras emociones termina desencadenando en diversas patologías y manifestándose con síntomas diversos, incluso en edades muy tempranas.
No siempre el origen de los dolores será la ansiedad, pero si analizas cómo has vivido tu día, que situaciones has enfrentado y cómo has reaccionado ante éstas, puede ser que te topes con la realidad de que ese dolor es producto de tu ansiedad y la forma inadecuada en qué estás manejando las situaciones de tu cotidianidad.
La ansiedad, es lo que en nuestros tiempos modernos denominamos estrés.
Lamentablemente en la actualidad se ha invertido lo fundamental en la vida, y muchas personas viven únicamente para trabajar y ganar dinero y hemos olvidado que es necesario hacer un alto en el camino y pensar en cómo vamos, es decir en realizar un balance de tipo existencial.
La ansiedad afecta a gran parte de la población independiente de su profesión o actividad y de su edad, parece envolver a nuestra sociedad en todas las actividades que se realizan, la gente se preocupa porque llega tarde, porque hay trancón, porque llueve, todas esas situaciones son lejanas de un buen manejo del tiempo libre, las personas no descansan, no establecen una buena comunicación con los demás e incluso ni con los mismos miembros de su familia, lo cual es paradójico en un mundo en el cual se han desarrollado velozmente los medios de comunicación, y sin embargo, las personas sufren de ansiedad porque se sienten solas e incomunicadas. A esto se suma la ansiedad generada por la competitividad, estamos inmersos en un mundo que considera más importante ser competitivo que colaborativo, lo cual desencadena en frustración e insatisfacción.
Hemos olvidado reflexionar sobre nosotros mismos, sobre lo que realmente queremos para nuestra vida, para elaborar un proyecto de vida, y nos hemos dejado envolver por un ritmo acelerado y muchas veces nada productivo, olvidando la motivación de lo que hacemos, y eso nos ha llevado a ser víctimas de la ansiedad. Te invito a detenerte y examinar que estás haciendo con tu tiempo, porque eso es lo que estás haciendo con tu vida y a no pisar tan fuertemente el acelerador sino más bien a disfrutar el paisaje que hay por el camino.