Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender (Alvin Toffler)
Sin lugar a duda, estamos viviendo una época de cambio, transformación, incertidumbre, un mundo VUCA. (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo) como lo denominan los estudiosos del cambio y las organizaciones, en el que la pandemia que vivimos ha sido un detonante y acelerador de estos fenómenos. Tremendo desafío para las personas y las empresas, que implica una revisión a profundidad de la cultura organizacional y de habilidades y destrezas de profesionales y emprendedores que quieran prosperar en esta nueva realidad.
Una de esas competencias o habilidades (si no tal vez la más importante según Alvin Toffler) es lo que se denomina “Learnability”, la competencia de vivir en una disposición y práctica permanente hacia el aprendizaje. Desaprender y aprender toda la vida, como un principio o hábito que marcará significativamente un salto cualitativo en el logro de nuestros objetivos profesionales, a través de lo que se denomina una EPA (Entorno Personal de Aprendizaje), la cual se va creando y desarrollando acorde a las metas que se quieran alcanzar.
Y vaya que esta época sí que es absolutamente propicia para desarrollar el anterior postulado, época que ha traído consigo el más grande hecho histórico en cuanto al conocimiento, los datos, la información: la más grande democratización en el acceso intensivo, generalizado y en gran medida gratuito por parte de millones de personas al saber, a las herramientas de productividad, a los datos, al conocimiento.
Mirémoslo desde este punto de vista: el principal medio contemporáneo para el desarrollo profesional y la producción de riqueza está a un click de distancia, está en todos los dispositivos, redes y bases de datos con que cuentan millones de habitantes del planeta. Aprender es posible en cualquier momento y en cualquier lugar. Gracias a las nuevas tecnologías, diversas plataformas existentes, así como a los múltiples dispositivos que nos acompañan podemos decidir qué, cómo y cuándo aprender. (Educación a través de múltiples canales). La decisión está en nuestra mano. Móvil, Tablet, PC…, el conocimiento no tiene límites.
Esta opción posibilita la movilidad social más asombrosa de la historia, donde cada día se transforman las condiciones socioeconómicas de tantas personas en el mundo, con esa combinación potente de talento, carácter y el saber aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Si señores, este hecho asombroso de una educación global, abierta, gratuita llevará a la humanidad a un siguiente nivel en el que toda persona será capaz de desarrollar su propio potencial, ayudará a mucha gente a participar en la economía global, a romper brechas de acceso al conocimiento, de forma que servirá para combatir la marginalidad, la exclusión, la ignorancia.
Según Raúl Grijalba (presidente ejecutivo de Manpower Group en España): «La empleabilidad ya no depende tanto de lo que se sabe, sino de lo que se puede aprender, porque los ciclos de aprendizaje son cada vez más cortos. La digitalización impacta en las competencias y habilidades de cada puesto y para aprovechar las nuevas oportunidades que se crean, la curiosidad y la capacidad de aprendizaje son fundamentales.
Bienvenida pues la democratización del conocimiento, el acceso al saber, bienvenida esa forma de redención que la tecnología está posibilitando al ser humano. No hay otra opción que adaptar nuestros intereses, hábitos, habilidades, nuestra actitud hacia el: «Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre” de Mahatma Gandhi.
