La cirugía refractiva nació en la década de los 80 con la finalidad de corregir, mediante cirugía láser, la miopía, presbicia, astigmatismo e hipermetropía. Desde sus comienzos, el objetivo primordial era mantener la córnea intacta. Ahora, las nuevas biotecnologías láser lo han logrado y son más “amigables” con el ojo.
El primer láser que se utilizo fue el Excimer Láser, cuyo inicio se remontan a los años 70. Se manejó para moldear la forma de la córnea en un procedimiento que sería conocido como queratotomía foto refractiva (PRK) (Moreno R, 2021).
Diez años después, el oftalmólogo S. Trokel y el científico R. Srinivasan, perfeccionan el láser excimer. El objetivo era cortar tejidos biológicos con mayor precisión y sin daños colaterales. Sin embargo, no fue sino hasta 1988 en el que se le aplicó a un ser humano la primera cirugía refractiva. El óptimo resultado postoperatorio sigue siendo el mismo que hoy en día (Moreno R, 2021).
En el año de 1990, se desarrolla la queratomileusis in situ, asistida por láser (lasik). Consiste en levantar un lentículo corneal para aplicar láser y, posteriormente, incorporarlo a la superficie corneal (Tamayo & Reyes Váldes, 2015).
A 40 años de las primeras operaciones, la cirugía refractiva ha probado su efectividad. Es el método más eficaz y seguro para eliminar la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia a largo plazo. La cirugía refractiva con láser modifica de manera permanente la córnea para mejorar la visión. Literalmente, se talla la lentilla que precisa el ojo para ver bien en la propia córnea.
Los métodos de cirugía refractiva se pueden dividir en dos grupos principales: las técnicas de superficie, en las que se actúa sobre la córnea, y las técnicas intraoculares, en las que se actúa dentro del ojo y se implanta una lente (Moreno R, 2021).
En la década de los 50 se colocaban lentes intraoculares de silicona por delante del iris; no obstante, se retiraron del mercado por sus complicaciones, dado que producían glaucoma agudo y crónico (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual [OMPI], s.f.).
A partir de la década de los 80, se utilizó un nuevo implante: el colámero. Es un copolímero de colágeno de elevada pureza. Cuenta con una gran flexibilidad, lo que le provee manejabilidad para el implante de la lente y su colocación adecuada en el interior del ojo (Staar Surgical, 2020).
En muchas intervenciones quirúrgicas oftalmológicas no es factible sedar al paciente, lo que implica un elevado estrés. Sin embargo, a partir del 2016, numerosos centros oftalmológicos están utilizando la musicoterapia para relajar al paciente. Se ha determinado científicamente que escuchar música antes de la cirugía ocular reduce la ansiedad de los pacientes (Guerrier G, 2021).
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