Cada vez son más las personas que padecen de ansiedad y depresión o si no, en la mayoría de los casos, tienen personas muy cercanas que si lo padecen como: pareja, amigos, familiares, compañeros de trabajo, en fin, como muchos especialistas lo han descrito muy bien, es la enfermedad del siglo. En otros blogs, se ha hablado de por qué nos da estas enfermedades, por tanto, es importante refrescar memoria para poder comprender cuál puede ser mi papel cuando soy cercano a alguien con dicho diagnóstico.
El médico psiquiatra Eduardo Villalobos habla sobre como el cerebro tiene muchas formas de enfermar que llevan a cambios en el sistema nervioso y ello repercute en las funciones mentales, como son las emociones, la conducta, el sueño, el apetito, control de impulsos, memoria, atención, concentración, energía, motivación y demás, generando así los trastornos psiquiátricos, nos explica "cómo el cerebro es un órgano que puede enfermar y la mente se verá afectada, y cuando esto sucede es importante el tratamiento para poder sanarla".
En este sentido, y tomando varias recomendaciones tanto de médicos psiquiatras como psicólogos especialistas y lo que cotidianamente se brindan a consultantes, ten cuenta que no hay nada peor para una persona con depresión o ansiedad que decirle:
“¡Pero es que tienes que poner de tu parte!, ¡Lo tuyo es mental, tienes que controlarlo! - ¡Párate y sal, ese encierro te va a matar!, ¡Tienes que obligarte a comer! ¡Piensa positivo y verás!”.
Aunque es evidente que, como familiar, pareja o amigo, lo anterior es con buena intención, por el vínculo con esa persona y porque la intención es ayudarlo a que salga de allí, lo que ocurre cuando le dices esto es que la persona va a pensar. “Aparte de que no puedo hacer nada, ahora también hago sentir mal a los que me quieren”. Entonces esto empeora su situación.
Lo que se sugiere hacer es tratar de comprender la enfermedad, entender que no es que la persona no quiera hacerlo, sino que no encuentra la forma porque “no puede”, y no puede porque al cerebro enfermar afecta las áreas que este controla, por tanto, no siempre es cuestión de actitud y de decirle a la persona “que ponga de su parte, que piense en positivo y que todo mejorara”, sobre todo porque cuando se tiene ansiedad los pensamientos no funcionales (comprendidos como catastróficos) o pensamientos intrusivos son los que dominan a la persona, entonces, si como red de apoyo cercana a esa persona logras comprender lo anterior y después ayudar a tu ser cercano a que comprenda lo que está pasando en su cerebro, el segundo paso y fundamental es ayudarlo a encontrar ayuda profesional; así pues, después de que inicie el tratamiento acompañarlo, escucharlo, sin emitir opiniones o juicios.
Finalmente, estas dos recomendaciones prácticas de lo que podrías hacer ante los comportamientos de una persona con ansiedad o depresión:
Si se niega a comer: “Ok si no quieres comer te dejo la comida en el horno por si te provoca más tarde…”
Si no quiere pararse de la cama le dices: “Ok estaré aquí por si me necesitas”, sin presionarlo para nada, sino sintonizar con lo que la persona siente, obviamente no es fácil, pero con tratamiento es posible que la persona se vaya recuperando.
Y para tener muy en cuenta lo siguiente: Es importante estar alertas a lo que la persona dice, si sus frases y planes incitan a la muerte, por ejemplo deseos “de no despertar más”, expresiones de “estoy cansado no le veo sentido a nada, es mejor no vivir más” u otras que persisten en no ver alternativas o solución más allá de la muerte, es relevante comprender que estas frases indican que la situación pueda requerir de atención urgente a nivel de salud mental y quizás requerir de hospitalización para prevenir conductas autoagresivas o en casos extremos el suicidio, por tanto, como familia o red de apoyo debemos estar alertas a estos signos y ayudar a la persona a que acuda a urgencias para que reciba la atención que requiere su salud mental.