Todo está muy caro. Esta frase se volvió común en las conversaciones cotidianas de los colombianos. Y es que en los últimos meses hemos enfrentado una subida constante de precios en todo tipo de productos, lo que nos ha afectado seriamente el bolsillo.
Las razones, causas o consecuencias de esta situación son objeto de estudio de expertos en economía y son ellos los encargados de explicarlas. Aquí hablaremos por ahora de algo que sí podemos hacer todos mientras pasa esta crisis para evitar un impacto mayor en nuestras finanzas. A continuación algunos consejos para enfrentar la subida de precios.
Recorrer los pasillos de los supermercados se convirtió en el momento ideal para darnos cuenta que, efectivamente, todo está muy caro (y va pa’ arriba, como dicen los abuelos).
Así que es allí el primer lugar donde podemos tomar acción para mitigar este impacto.
¿Cómo? Revisando y eligiendo los productos de menor valor, evitando llevar de más productos perecederos que se puedan dañar fácilmente, evitando esos ‘gusticos innecesarios’ con la comida y prefiriendo una dieta a base de proteínas vegetales, ya que la carne es uno de los productos que más suma en la cuenta del mercado.
Revisar cada mes el valor de la factura de los servicios públicos también se convirtió en un tormento para muchos. Así que allí también hay una oportunidad de tomar acción. Mucho solemos hablar sobre la reducción del consumo de agua y energía para cuidar el medio ambiente. Bueno, es momento de recordar que con esto también podremos cuidar nuestro bolsillo.
Reduzcamos la cantidad de tiempo que pasamos en la ducha y optemos allí por el agua fría. Recojamos agua lluvia y reutilicemos la de la lavadora para aprovecharla en otras actividades como lavar el carro, regar las plantas o limpiar los pisos. Reduzcamos el tiempo de uso de calentadores, hornos y parrillas en la cocina, ya que son algunos de los electrodomésticos que más suman en la factura de la luz.
Seguramente habrá escuchado constantemente en noticias en los últimos meses el siguiente titular: “El Banco de la República subió las tasas de interés”. Para no enredarnos en explicaciones, pongámoslo simple: eso implica que cada vez estamos pagando más por los préstamos y las tarjetas de crédito.
Así que, en la medida de lo posible, evitemos la adquisición de nueva deuda con los bancos, sobre todo cuando el préstamos no nos genera ningún tipo de retribución a futuro. Igual con las tarjetas de crédito, podemos seguirlas usando, pero debemos preferir siempre las compras a una sola cuota. Cuidamos nuestro bolsillo y cuidamos también nuestro historial crediticio, disminuyendo el riesgo de caer en mora por algún imprevisto personal que nos impida en algún momento pagar las cuotas pendientes del mes.
Los gastos hormiga son esos ‘pequeños gastos’ que hacemos regularmente y que no suelen estar en nuestra proyección presupuestal, por ejemplo pedir un domicilio, salir a comer, realizar una compra innecesaria, entre otros.
Optar por cocinar siempre en casa, revisar muy bien cuál es la necesidad de algo que queremos comprar y andar siempre con nuestra botella de agua a la mano son algunas de las acciones que podemos acoger para reducir esos gastos, que podrían parecer muy pocos, pero que si los sumamos todos al mes, nos sorprenderemos de la cantidad de dinero que podríamos ahorrar.
¿Cuánto suman mis ingresos mensuales? ¿Cuánto gasto al mes en arriendo, facturas, transporte y mercado? ¿Cuánto quiero ahorrar cada mes de mis ingresos? Responder estas preguntas y realizar una planificación mensual de nuestro presupuesto nos permitirá ponerle un control a los gastos innecesarios y ser muy disciplinados con nuestras finanzas personales.
Y si tienes entre 18 y 30 años y estás leyendo este artículo, te dejo este artículo recomendado de ñapa: ¿Cómo ahorrar dinero desde joven?