La vinicultura constituye uno de los sectores productivos más importantes de España y de otros países europeos, y ha tomado importancia económica en países como Argentina, Chile, Australia, Nueva Zelanda y China. Apreciar el vino es signo de cultura.
En siglos anteriores, el vino era consumido únicamente por la élite, después su consumo se generalizó como nutriente aportante de calorías, actualmente es un componente de la gastronomía y un producto que da prestigio a cualquier mesa.
El vino es el producto resultante de la fermentación alcohólica del jugo de uvas sanas y maduras. El vino es un producto de carácter ácido, con un pH de alrededor de 3,5.
Una característica de la gastronomía mediterránea es el consumo de vino con moderación.
Investigaciones científicas demuestran que el consumo moderado de vino, es decir, de aproximadamente una copa, tiene un efecto preventivo ante muchas enfermedades, así mismo se ha demostrado una relación directa entre la longevidad y el consumo habitual de vino en los países de tradición vinícola del mundo.