Los términos emprendedor y empresario suelen emplearse de manera sinónima e indistinta; sin embargo, se trata de términos con significados diferentes y en cierta forma son complementarios.
Difieren en que, aunque ambos son gestores, el emprendedor generalmente tiene pasión por lo que hace, mientras que el empresario no necesariamente debe tenerla. Uno de los fracasos y/o errores del emprendimiento es pensar que por ser buen emprendedor, se es buen empresario, y eso puede costar el éxito de cualquier proyecto, ya que una cosa es emprender, es decir idear un negocio y desarrollarlo y otra cosa diferente es ser empresario, es decir, contar con la habilidad para gestionar el proyecto después de su implementación.
Tanto el emprendedor como el empresario requieren de ciertas habilidades específicas y diferentes, que son difíciles de encontrar en una misma persona. Es habitual que existan personas con habilidad para emprender nuevos negocios y/o proyectos, pero sin habilidad alguna para garantizar su posicionamiento en el mercado o su expansión.
Una persona puede lograr el trabajar con los dos tipos de mentalidad, la de emprendedor para iniciar un proyecto con la motivación necesaria, y la de empresario, para con paciencia y dedicación total, lograr que el proyecto o negocio crezca.
En conclusión, se puede ser emprendedor y empresario, pero no todo empresario es emprendedor. El proceso emprendedor implica:
1. Actitud emprendedora, es decir, con habilidades, conocimiento y experiencia para crear un negocio.
2. Actividad emprendedora: grado en que se crean nuevas actividades de negocios.
3. Aspiración de emprendimiento: es decir, ambición por emprender.
El emprendedor se transforma en empresario. Un emprendedor puede identificar una necesidad, materializarla en idea, conseguir los recursos necesarios para llevarla a cabo, transformándola en servicios y/o productos, los cuales comercializa a través de una empresa. En el momento en que esa empresa comienza a desarrollar sus actividades, alcanza los objetivos iniciales, y empieza a consolidarse, es cuando el emprendedor comienza a transformarse en empresario. (Rendón, J. C. M., Velázquez, M. F. C., & Caballero, M. F. C. L. F., 2019).
Claramente, el hecho de tener una idea innovadora, incluso una patente, no convierte a un emprendedor en empresario. Para ser un emprendedor-empresario, el emprendedor debe ser propietario y/o directivo de su emprendimiento.
Algunos emprendedores buscan simplemente sobrevivir mediante el establecimiento de un negocio exitoso que les brinde lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, mientras que otros emprendedores son más ambiciosos, buscan que su negocio, se desarrolle, crezca y se expanda, y esos emprendedores son los que se convierten en empresarios.
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Referencia
Rendón, J. C. M., Velázquez, M. F. C., & Caballero, M. F. C. L. F. (2019). Ser empresario y emprendedor: factores humanos claves que inciden en el éxito o fracaso de pequeñas empresas de Palmira, 2019. Revista Criterio Libre Jurídico, 16(2), 5753.