El interés compuesto es aquel interés calculado sobre un capital más los intereses acumulados. Este tipo de interés puede beneficiarte o perjudicarte según el instrumento financiero que estés usando. Por ejemplo, si tienes dinero depositado en una cuenta bancaria, puedes obtener rentabilidad porque el banco te paga por usar tu dinero. En cambio, si tienes un crédito, debes pagar al banco o institución financiera un porcentaje en intereses porque estás usando dinero prestado.
El interés compuesto se diferencia del interés simple en que este último se calcula solo sobre el capital. Es decir, no obtienes rentabilidad ni pagas intereses por el saldo que va creciendo, sino por los fondos originales que tenías al principio.
Si quieres iniciar un negocio o ya tienes uno en marcha, debes conocer cómo funciona este tipo de interés y su efecto sobre los créditos de tu empresa.
Existen algunos préstamos específicos que cobran interés simple. En general, se trata de créditos grandes como los hipotecarios y para la compra de vehículos. Sin embargo, las tarjetas de crédito, las libranzas y los créditos para empresas, suelen usar el sistema de interés compuesto.
No importa si tu emprendimiento es pequeño ni a qué rubro te dedicas. Es importante que sepas cómo funcionan los intereses cuando tomas un crédito. De esta forma, podrás pagar tus obligaciones a tiempo y evitarás caer en grandes deudas.
Para calcular el interés compuesto, los bancos utilizan la capitalización. Consiste en calcular los intereses a cobrar sobre el capital del préstamo más todos los intereses que se hayan acumulado antes. La capitalización puede ser diaria, semanal o mensual; pero mientras más frecuente es, más crece tu deuda.
Imagina que tomas un crédito de $1 millón con un interés compuesto a tasa mensual del 2 %, por un plazo de 6 meses. Este sistema hará que el valor de tu deuda vaya aumentando progresivamente:
Como puedes ver en este ejemplo, a medida que pasa el tiempo, cada vez debes más dinero. Por eso debes pensar muy bien para qué vas a usar el capital y si realmente vale la pena endeudarte.
¿Estás buscando financiamiento para tu emprendimiento? Ten en cuenta que no solo deberás devolver la cantidad de dinero que pediste prestada, sino también un extra en concepto de intereses. La tasa suele expresarse como un porcentaje del capital y por lo general, es fija.
Tal vez no lo sabías, pero puedes usar una calculadora de interés compuesto en línea. Esta herramienta te permitirá saber cuánto dinero terminarás pagando por tu crédito. Antes de adquirir una deuda, analiza bien las condiciones del banco donde solicites financiación.
Mientras más dure el crédito y más cuotas tengas que pagar, también aumentarán los intereses a pagar en cada periodo sucesivo. Esto es así porque el interés compuesto tiene un efecto multiplicador del dinero a través de la reinversión (Finect, 2021).
Esto significa que el capital, ya sea adeudado o invertido, va creciendo porque en cada cuota se van agregando intereses. Al cierre de cada periodo, la rentabilidad obtenida se suma al capital y este se acrecienta. Luego, los intereses se recalculan sobre esa nueva suma, por lo que son mayores, y así sucesivamente.
Entonces, este sistema de interés juega a tu favor cuando haces una inversión, por ejemplo, en un CDT o en un fondo común de inversión. En cambio, puede perjudicarte cuando contraes una deuda. Es fundamental que investigues bien la tasa de interés del crédito que vas a solicitar. De esta manera, podrás calcular su costo total.
De todas formas, tanto fintechs como bancos ofrecen opciones de financiación muy variadas. No olvides que las condiciones del préstamo podrían variar según la entidad. Tómate un tiempo para analizarlas y ver qué crédito te conviene más para tu emprendimiento. A pesar del pago de intereses, puede ser una forma de apalancarte para lograr ventas.
Si estás buscando financiación para tu negocio o ya has adquirido una deuda, ten en cuenta el comportamiento del interés compuesto. De esta forma, podrás aprovechar al máximo el capital disponible y saldar tu crédito sin pagar de más ni sobre-endeudarte.