La infancia como capítulo de nuestras vidas

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Infancia


La infancia es la primera etapa de la vida de un ser humano. Es allí donde se comienza a aprender todo, porque nadie nace con conocimiento, no es consciente de lo que ha pasado en el mundo antes de que naciera, como tampoco sabe de los cambios a los que ese mundo se verá enfrentado.

Desde el momento de nacer, el niño comienza a experimentar las cosas negativas que un ser humano puede encontrar en la vida, así como encuentra cosas bellas y personas positivas que están dispuestas a acompañarlo en el camino de la vida.

Sin embargo, la infancia de un niño puede estar envuelta de momentos difíciles que nublan su felicidad. Esto puede suceder cuando cae enfermo. Es un momento incómodo, en donde no sabe qué le pasa, y tampoco sabe tolerar las posibles molestias causadas por los procedimientos médicos que pueden sanar su enfermedad.

Aquí, lo más importante es la respuesta de médicos y padres ante estas crisis, dándole quizás un incentivo al niño como premio de haber superado la prueba. El niño se alegra ante el incentivo, no teniendo en cuenta lo que ha pasado. Pero las consecuencias de la enfermedad, son como una “espina en el zapato” para el infante. Si ha sufrido problemas respiratorios, por ejemplo, es probable que el frío y los cambios de temperatura sean la causa de la reaparición del mal.

Pero a pesar de estos momentos negativos, hay otros positivos que son cruciales para el niño. La educación es un elemento protagonista para el aprovechamiento de tales instantes. El niño ignora que montar en triciclo es buen ejercicio para sus músculos, pues piensa en lo rico que es montar y recorrer diversos lugares en él. No conoce cuál es el peligro que puede encontrar, pero goza de lo que está percibiendo.

Así mismo, el juego es otra herramienta para adquirir el conocimiento. El cerebro de los niños tiene la capacidad de memorizar la información con capacidad, aunque tiene la falencia de olvidarla con rapidez si no se le recuerda constantemente.

Al niño no le afana el hecho de tomar más tiempo para jugar y recordar, ya que ignora que hay un tiempo con días, horas, meses y años, llenos de obligaciones y tareas a las que hay que responder. El niño solo piensa en disfrutar de ese juego con felicidad, sin pensar que hay que atender a otras responsabilidades que hay que atender.

Niños

Por otro lado, el niño sigue feliz escuchando los cuentos que le leen, sin saber que son lecciones para su vida. Es el caso de la historia de Caperucita Roja. El niño solo le presta atención al desarrollo de la historia, sin saber su moraleja: No hay que hablar con extraños.

Con esto, se puede decir que la infancia puede ser la mejor etapa de la vida. Hay momentos bajos de los que se aprende, y momentos alegres para enfrentar el futuro desconocido.

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