En la era de la información, leer no es el desafío. Lo realmente difícil es aprender a leer bien. Hoy estamos rodeados de textos, pantallas, resúmenes, publicaciones y manuales que compiten por nuestra atención. Por eso, desarrollar una lectura estratégica se ha convertido en una habilidad esencial para aprovechar el conocimiento sin sentirnos abrumados. Leer menos no significa saber menos: significa hacerlo con propósito, atención y enfoque.

Uno de los mayores obstáculos para el aprendizaje actual es la saturación informativa. Muchos leen por obligación o por cumplir metas de cantidad, sin retener lo importante. La lectura estratégica invita a cambiar ese paradigma: no se trata de leer todo, sino de identificar qué merece ser leído.
Seleccionar las fuentes correctas, buscar autores confiables y centrarse en temas que realmente
aporten valor personal o profesional permite absorber el conocimiento de forma más efectiva y
duradera.
Existen estrategias que ayudan a transformar la lectura en un proceso consciente y eficiente. Antes de abrir un libro o articulo, define un propósito claro: ¿qué quiero aprender? Luego, aplica métodos como el skimming (lectura rápida para captar ideas principales) o el scanning (búsqueda de datos específicos).
Subrayar, anotar y hacer resúmenes cortos son herramientas que refuerzan la comprensión y
estimulan la memoria. Leer estratégicamente también implica saber cuándo detenerse; si un
texto no aporta, lo mejor es pasar al siguiente. Tu Bempo y atención son recursos limitados, y
administrarlos bien es parte del aprendizaje inteligente.
Leer sin reflexionar es como comer sin digerir. La verdadera comprensión surge cuando se conecta lo leído con la experiencia personal. Compartir lo aprendido, escribir sobre ello o aplicarlo en la práctica consolida el conocimiento. De hecho, enseñar a otros es una de las mejores formas de retener información y fortalecer la memoria de largo plazo.

Leer menos puede ser una ventaja si se hace con estrategia. Lo esencial está en aprender a elegir, conectar y aplicar lo que se lee. Así, cada texto deja de ser un cúmulo de información y se convierte en una fuente real de crecimiento.
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pensamiento crítico y la transformación personal. Porque aprender con propósito no solo te
prepara para el futuro: te ayuda a construirlo.
Referencias bibliográficas:
• Adler, M. & Van Doren, C. (2019). Cómo leer un libro. Planeta.
• Revista Harvard Business Review (2024). Smart Reading: estrategias para aprender mejor.