La piña es la planta más conocida de todas las especies que pertenecen a la familia Bromeliaceae; es cultivada como alimento. Su fruto es dulce y jugoso.
Tanto la planta como el fruto de la piña, son fuente de un grupo de enzimas, entre estas se destacan:
De las enzimas mencionadas, la más estudiada ha sido la bromelina, enzima que es empleada en la industria alimentaria para ablandar carnes y clarificar las cervezas, además es usada en la industria farmacéutica y cosmética. La bromelina es una enzima similar a nuestras enzimas digestivas, que ayuda a la digestión de las proteínas; posee además propiedades adelgazantes, antiinflamatorias, y diuréticas.
Para poder aprovechar las propiedades de la bromelina es importante consumirla de forma natural sin calentarla ni prepararla a altas temperaturas porque se inactiva. Además de las propiedades mencionadas, la bromelina inhibe la proliferación de células tumorales y tiene acción antimetastasis.
Aunque todas las partes de la piña contienen bromelina, la mayor parte de esta se encuentra en el corazón de la piña, parte de la fruta que la mayoría de personas no consume y va a parar al cesto de la basura.
Si no consumes piña, ¡hazlo!, y si ya la consumes, además de consumirla en forma natural, úsala para hacer más tiernas y blandas las carnes, rociándolas con zumo de piña, consúmela además en ensaladas y postres, para favorecer la digestión de las proteínas presentes en carnes y/o pescados.
En casos de infecciones de garganta, resulta bastante útil porque digiere los microorganismos extraños que encuentra, por lo que se recomienda masticarla lentamente, dejando que resbale por la garganta lentamente el jugo, o hacer gárgaras con el zumo de piña, y después escupirla. El zumo de piña debe usarse recién exprimido.