La vida en familia siempre trae retos y uno de los principales es cuando existen conflictos en la pareja, como en toda relación estos son inherentes al ser humano, es decir, el problema no es que haya conflicto, el problema quizás es cuando se involucran a los hijos en estos y mucho más cuando el camino de la resolución de los mismos es la violencia, entendida esta última no solo desde el plano físico, sino desde lo verbal, psicológico o lo económico.
La pregunta es entonces cómo manejar dichos conflictos sin involucrar a los hijos, tarea difícil pero necesaria para el bienestar de los mismos, sobre todo porque es importante tener en cuenta la lealtad de los hijos a sus padres, madre o padre, por tanto para el mismo ponerse a favor del uno o del otro, tiene un costo psicológico grande que terminará después en pasarle factura a ese chico o chica, generándole problemas de tipo emocional que muchas veces tienen raíces en haber tomado partida en dicho conflicto y que muchas veces terminan siendo los mismos padres quienes lo involucraron, ¿cómo entonces evitarlo?
En la convivencia familiar cuando existen hijos y se presentan problemas en la relación de pareja, muchas veces es inevitable que ellos perciben la existencia de los mismos, por tanto que la perciban es muy diferente a que se involucren o como lo llamamos en psicología familiar, se triangulen en el conflicto de los padres. En este sentido, es importante evitar en lo posible las discusiones enfrente de los mismos, así como desdibujar o dañar la imagen de uno de los padres, contando situaciones de pareja que hacen parte del conflicto, igualmente usarlo como intermediario en la comunicación, siendo quien lleva mensajes todo el tiempo al uno o al otro, cuando se ha roto la comunicación entre los adultos.
Es importante validar que para los adultos la presencia de lo anterior también los afecta emocionalmente y quizás muchas veces terminan realizando las anteriores conductas sin la intención consiente de afectar negativamente a sus hijos solo porque también para ellos es complejo el manejo de lo que pasa y no saben cómo afrontarlo.
En este caso es importante la ayuda psicológica familiar tanto para la pareja de padres como para los hijos, sobre todo cuando esto es una constante en la relación y se privilegia la violencia o la indiferencia como forma de resolver y afrontar la situación, en este sentido es sano para el bienestar emocional de todos los miembros del sistema familiar, la ayuda profesional, la cual promoverá estrategias de afrontamiento a lo vivido.
Finalmente, recuerda lo siguiente si como pareja atraviesas por conflictos: