¿Cómo saber si una deuda es buena o mala para tus finanzas?


15
Compartir en:
deuda buena

En la vía hacia una vida económica equilibrada, no solo es necesario evitar las deudas a toda costa, sino comprender que no todas son iguales. Hay deudas que pueden fomentar tu desarrollo personal y económico —conocidas como deudas buenas o productivas— y otras que, en cambio, pueden detenerte y restablecer tu calma —las denominadas deudas malas o de consumo. 

El secreto radica en aprender a diferenciarlas y, principalmente, en tomar decisiones conscientes y bien fundamentadas antes de adquirir deudas.

La buena deuda es la que, a pesar de conllevar un compromiso económico, posee la habilidad de generar valor en el futuro. Por ejemplo, un individuo que accede a un crédito para cursar un estudio, invertir en una empresa o adquirir una vivienda utiliza el dinero como un medio para elevar su nivel de vida o incrementar sus ingresos. Este tipo de deuda generalmente se sustenta en un objetivo preciso y cuantificable, y su justificación es más sencilla, ya que favorece directamente el desarrollo patrimonial o profesional. Además, estas obligaciones suelen contar con tasas de interés más asequibles y plazos organizados que facilitan su pago sin perjudicar otras responsabilidades.

En cambio, la deuda negativa se relaciona con el consumo impulsivo y la satisfacción instantánea. Se refiere a esos préstamos utilizados para obtener artículos que no son esenciales o que se desvalorizan rápidamente: ropa de temporada, tecnología que se sustituye anualmente, cenas caras, viajes sin planificación o, incluso, adquisiciones cotidianas con tarjetas de crédito que se abonan en cuotas. Este tipo de deuda no produce ganancias y, en cambio, puede transformarse en una carga complicada de gestionar si se acumula sin control. Normalmente, se presenta con intereses elevados, pagos mínimos fraudulentos y una sensación de tensión constante que puede dañar la salud emocional y financiera.

deuda mala

Para saber si una deuda es buena o mala, pregúntate: ¿Esto me generará ingresos o estabilidad en el futuro? ¿Estoy adquiriendo algo que realmente necesito? ¿Puedo pagarlo sin comprometer mis finanzas básicas? Las respuestas a estas preguntas te ayudarán a tomar decisiones más acertadas y a evitar caer en espirales de endeudamiento que parecen pequeñas al inicio, pero que a largo plazo pueden ser muy costosas.

Tener este concepto bien definido también te facilita la planificación de tus objetivos. Si tienes en mente estudiar, iniciar un negocio u obtener tu primer hogar, podrías ver un crédito como un aliado, no como un adversario. Sin embargo, si tu objetivo es darte un gusto, quizás sea más conveniente ahorrar inicialmente y adquirir con recursos propios. El balance no radica en dejar de gozar, sino en identificar cuándo debes endeudarte y cuándo no. Te invito a los programas de educación financiera que ofrece la Cooperativa Coomeva.

Este espacio es para comentarios acerca del contenido del blog, si requiere hacer alguna solicitud o información de alguna de las empresas del grupo si es Asociado a Coomeva Cooperativa por favor puede hacerlo a través de nuestros canales de contacto.