Tanto los accionistas como los inversionistas realizan aportes monetarios a la empresa. Sin embargo, existe una gran diferencia entre ambos. Mientras que los inversores se limitan a arriesgar su capital, los otros también participan de las decisiones del negocio.
Esto es así porque, a través de la tenencia de acciones, los accionistas son dueños de una parte de la empresa. Ahora bien, ¿de qué manera influyen y qué beneficios pueden ofrecerle a tu negocio?
Estas personas no buscan solamente obtener rentabilidad. También ayudan a dirigir el rumbo del negocio, en caso de ser socios mayoritarios, es decir, cuando poseen más del 50 % de las acciones de la compañía (Bankinter, 2021).
En este sentido, pueden brindarte apoyo para hacer que tu emprendimiento crezca cada vez más.
Quienes poseen acciones ordinarias en una empresa, tienen derecho a votar en las asambleas que se celebran para tomar decisiones. Esto significa que, cada vez que haya una reunión para llegar a un acuerdo, los accionistas podrán dar su opinión y participar en la votación. Por lo general, se decide qué hacer por mayoría de votos.
Hacer una alianza comercial con otra empresa, desarrollar una nueva línea de productos, contratar nuevos proveedores o invertir en fintechs son algunos ejemplos de estos acuerdos que se someten a votación. Recuerda que los accionistas se involucran y comprometen con el negocio, al contrario de los inversionistas, que se limitan al aporte de capital.
Un accionista te ofrece mucho más que su dinero. Más allá de ser una fuente de financiamiento, puede poner su creatividad al servicio de la empresa. La innovación es fundamental para expandir un negocio y consolidarlo en el mercado. Al respecto, se pueden tomar las siguientes acciones:
Las ideas innovadoras bien estructuradas permiten el crecimiento comercial. Además, te destacan frente a la competencia.
Cuando hacemos las cosas en equipo, el trabajo se divide y los resultados se multiplican. ¿Quieres que tu emprendimiento funcione de manera eficiente? Entonces, involucra a tus empleados, colaboradores y accionistas.
Trabajar en equipo tiene muchas ventajas: cada uno hace lo que sabe hacer mejor; se aprende de los demás; las relaciones entre los miembros de la empresa mejoran; se evitan errores y reprocesos. Eso sí: para que el trabajo conjunto sea productivo, es importante mantener una buena comunicación.
Los accionistas pueden ayudarte a encontrar soluciones alternativas a las dificultades: economía inestable, problemas legales, mucha competencia, entre otras. Si tu empresa está pasando por un mal momento financiero o productivo, escucha sus propuestas.
Por ejemplo, si necesitas liquidez inmediata, pueden autorizar el factoring. Esto es ceder las facturas pendientes de cobro a otra empresa, que te da el dinero por adelantado a cambio de un porcentaje. O si los costos se han disparado por la inflación, podrían investigar formas de abaratarlos.
Muchos accionistas ya han tenido o tienen sus propios negocios. Están familiarizados con el mundo de las finanzas, las inversiones y las ventas. Así, pueden aportar sus conocimientos sobre el mercado para tomar mejores decisiones.
Con base en su experiencia, los accionistas podrán:
Una empresa pequeña puede tomar vuelo cuando se vincula a otras más grandes o a empresarios reconocidos. Si consigues hacer una alianza o relacionarte con personas influyentes, tu negocio podría crecer muy rápido. Esto también te ayudará a consolidar tu imagen de marca.
En otras palabras, un tercero apoya tu emprendimiento con su prestigio, experiencia y trayectoria. Aquí, la compra de acciones demuestra la confianza de otros en tu empresa.
Los accionistas no solo pueden darte el apalancamiento financiero que necesitas para impulsar tu negocio. También te aportarán todos estos beneficios para hacer crecer tu negocio. Tómalos en cuenta al momento de expandirte y aumenta las posibilidades de tener un emprendimiento exitoso.