Cuando una persona opta por asumir el control de su futuro económico, el ahorro automático se transforma en un aliado esencial. En vez de depender de la voluntad propia para retirar dinero mensualmente, el usuario tiene la posibilidad de establecer domiciliaciones y cuentas de ahorro programado que transfieran los fondos de manera automática.
Así, la acción de ahorrar deja de ser una tarea pendiente y se transforma en un proceso imperceptible que, semana a semana y mes a mes, va creando un escudo de protección sin causar tensión ni tentaciones innecesarias.
El paso inicial para implementar el ahorro automático es establecer la cantidad de dinero que se puede otorgar mensualmente sin alterar las necesidades fundamentales. Una vez establecido ese monto, solo se requiere establecer una transferencia programada desde la cuenta principal hacia una cuenta de ahorro exclusiva o un producto financiero creado para tal propósito. Numerosas instituciones facilitan la realización de transferencias regulares -diarias, semanales o mensuales- de forma fácil mediante la banca virtual. Al transformar el ahorro en un desembolso constante, similar a la factura de servicios o la cuota de crédito, el lector previene la dilación y asegura que ese segmento de ingresos nunca se limite al consumo impulsivo.
Además, el uso de cuentas de ahorro programado ofrece el beneficio de obtener rendimientos privilegiados. Algunos bancos proporcionan tasas de interés más elevadas cuando las contribuciones se efectúan de manera automática y continua. Así, el dinero no solo se mantiene fuera del circuito de gastos, sino que actúa en beneficio del ahorrador, aumentando su valor a medida que pasa el tiempo. Al analizar los estados de cuenta, se nota que, mes a mes, el fondo se expande de manera constante, fortaleciendo la motivación y evidenciando que cada avance, a pesar de ser mínimo, aporta de forma considerable.
Para quienes buscan un enfoque aún más dinámico, existen herramientas digitales y aplicaciones que permiten redondear compras y depositar la diferencia en una cuenta de ahorro o un fondo de inversión. Cada vez que el lector paga con tarjeta, la plataforma redondea el importe al euro o peso más cercano y transfiere automáticamente esa pequeña cantidad. Al cabo de unas semanas, se habrá reunido un ahorro extra sin haberse dado cuenta.
Iniciar un plan de ahorro automático es tan sencillo como tener la intención de mejorar las finanzas. El lector solo necesita definir su objetivo, elegir el monto apropiado y configurar la domiciliación o la aplicación que mejor se adapte a su estilo de vida. Con la tecnología como aliada y la disciplina incorporada en el propio sistema bancario, ahorrar deja de ser un sacrificio y se convierte en un hábito natural. Es el momento de conocer los programas de educación financiera de la Cooperativa Coomeva.
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