Imagina que estás en un ascensor junto a la persona que aprueba los fondos que necesitas para iniciar tu empresa. Tienes apenas 30 segundos para presentarle tu idea, ¿qué le dirías en ese corto espacio de tiempo y cómo se lo dirías para que te escuche con atención? Necesitarás un elevator pitch, un golpe contundente que capture la atención de tu audiencia.
Es importante desarrollar un discurso de venta con esta metodología, porque:
El mensaje de tu discurso debe ser coherente, Por ello, deberás tener un plan de negocios, un mapa de ruta creíble, factible y atractivo que exponga, sin ambigüedades, tu idea.
Existen varias técnicas para plasmar tu idea claramente. Por ejemplo, los objetivos SMART establecen que las metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y en un límite de tiempo. Con esto en mente, convoca a tu equipo de socios y realiza sesiones de brainstorming de las cuales emergerán los conceptos para desarrollar tu plan de negocios.
Tu discurso es una herramienta de tu arsenal para lograr financiamiento o apoyo para tu idea de negocios. Eso significa que tienes clara tu idea de negocios.
Es recomendable seguir un proceso, como la metodología del design thinking. La cual te lleva por pasos coherentes en el desarrollo de tu idea y, en muchos casos, te permite obtener un prototipado de tu producto.
Veamos los pasos para elaborar tu discurso.
Define tu intención. ¿Vas a vender tu producto o tu concepto de negocios para obtener financiamiento? Son miradas diferentes con una intención final diferente. Por ejemplo, ¿quieres hablar sobre tu idea de negocios o sobre tu organización y sus bondades? Debes tener claro qué quieres comunicar y qué buscas obtener.
Pregúntate ¿cómo quieres que tu interlocutor se acuerde de ti? Primero, emociona. Inicia exponiendo lo que hace tu organización. Concéntrate en los problemas que resuelves y en cómo ayudas a las personas.
Además, cuida tu postura, pues el lenguaje corporal también transmite, y utiliza un tono afirmativo y seguro.
Una propuesta única de ventas es un enunciado corto que sintetiza tu concepto de venta. En tu discurso debes señalar qué hace tu empresa o cuál es la idea de negocios que la hace única.
Que tu idea sea original significa mucho para los inversionistas.
Prepara preguntas abiertas, que no se puedan responder con un "sí" o "no". Así involucras a tus interlocutores en la conversación. Además, asegúrate de responder cualquier interrogante que pudiera surgir.
Junta lo que desarrollaste. Luego, léelo en voz alta y mide cuánto tiempo dura tu elevator pitch. No debe ser más de 30 segundos. De lo contrario, corres el riesgo de perder el interés de la persona. Recuerda, tu presentación debe ser ágil y convincente.
Practica mucho tu discurso. Pues te puede abrir muchas puertas para obtener ventas, financiamientos y nuevos mercados. Con este proceso podrás hacer una presentación impactante.
Este tipo de presentación sirve incluso para productos de propiedad intelectual, como los de la economía naranja. Productos intangibles, como soluciones intelectuales, culturales o de contenidos digitales, con su propia naturaleza de presentación.
Finalmente, piensa en tu interlocutor como un cliente especial. Puedes optar por analizarlo según un mapa de empatía. Así tendrás un perfil del cliente que estás buscando. Anímate a realizar tu elevator pitch y tenlo a mano. Quizá te encuentres con quien pueda abrirte las puertas para el crecimiento de tu negocio.